Primera cata. Rafa Jover/Archivo

La Fosa

El lunes 10 de agosto de 2020, a las 8:20 horas, se iniciaron los trabajos para localizar el lugar exacto del enterramiento de los fusilados.

Jorge y Alfredo (arqueólogos) y José Ramón y la monovera Clara (investigadores) iniciaron la cata del primer cuadrante marcado en el lugar de excavación.

Monóvar amaneció con un lema: “Un territorio sin fosas”, convirtiéndose en el primer municipio de la provincia de Alicante donde se excavaría la primera fosa para recuperar a las victimas del franquismo.

“Emoción, alegría y lagrimas”

Ese día fueron muchos ciudadanos los que se acercaron al Cementerio de Monóvar, entre ellos los familiares de la victimas, la consellera Rosa Pérez Garijo y su director general Iñaki Pérez, con la esperanza de recuperar a las personas queridas, fusiladas y sentenciadas al olvido.

Segunda cata
Segunda cata. Rafa Jover/Archivo

El lugar

La localización exacta de la fosa donde se hallaban los restos de las 26 personas fallecidas fue el primer obstáculo que se encontró el equipo de arqueólogos. El profesor Glicerio Sánchez, en sus investigaciones y estudios realizados señalaba que “una de las características de esta fosa común es que desde su apertura se ha conocido su existencia y localización, de manera que los familiares y deudos de los allí arrojados han podido visitar el lugar«.

La documentación existente del lugar señala que «la fosa se encuentra pegada al muro O, en la esquina NO«, según el forense que llevó a cabo las certificaciones de defunción, el doctor Francisco Villalta Nebleza. Este informe se realizó como consecuencia de la primera tanda de fusilamientos del 18 de octubre de 1939.

Existe otro informe realizado por el forense, el doctor Juan Bellot, con motivo de la última tanda de fusilamientos del 5 de diciembre de 1939, que también sitúa la fosa «a la derecha al fondo, a 10 metros de la pared y a 2,50 metros de profundidad«.

Por lo que respecta a las dos tandas intermedias, la del 31 de octubre de 1939 y la el 16 de noviembre de 1939, no hay datos ni tampoco informes. Existen testimonios orales aportados por el sepulturero y los familiares situando la fosa «en la esquina NO del Cementerio, en una zona que, según las fuentes del Archivo Municipal encontradas, se designa como cementerio civil, fosa general u osario«.

El no conocer el lugar exacto fue el gran obstáculo “ya que no existe ningún familiar, esposa e hijos, que pudieran dar a conocer el punto donde se encontraba la fosa«. En la actualidad los familiares que luchan por conocer el lugar de enterramiento de las víctimas, son los nietos y bisnietos de los fusilados, la mayoría no llegaron a conocer a sus abuelos. Los conocieron a través de lo que les contaron sus madres y padres.

El último obstáculo serian los nichos, construidos en la década de los 90, pegados al muro y que podrian estar invadiendo el lugar del enterramiento. Además en la zona no solo estaban enterrados los 26 cuerpos de los fusilados, también se encuentran las victimas que murieron en el campo de prisioneros de la Plaza de Toros, los heridos de guerra del Hospital, ubicado en el colegio Cervantes, y los que murieron en la cárcel de Monóvar.

El día 10 de septiembre de 2020, 32 días después del inicio de los trabajos y después de 9 sondeos, se dieron por concluidas las labores de búsqueda al comprobar que “no habían posibilidades de encontrar los restos, la pala se los llevó en 1990”.

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